La noción de infancia tiene un carácter
histórico y cultural y es por ello que ha tenido diferentes apreciaciones en la
historia; su concepción depende del contexto cultural de la época. Un rápido
recorrido sobre el concepto de infancia a través de la historia nos muestra los
cambios que ha tenido esta categoría. De acuerdo con José Puerto Santos (2002),
en los años 354 - 430 hasta el siglo IV se concibe al niño como dependiente
e indefenso (“los niños son un estorbo”, “los niños son un yugo”). Durante el
siglo XV en la concepción de infancia se observa cómo “los niños son malos de
nacimiento”. Luego, en el siglo XV, el niño se concibe como algo indefenso y es
por ello que se debe tener al cuidado de alguien y se define el niño “como
propiedad”. Para el siglo XVI ya la concepción de niño es de un ser humano pero
inacabado: “el niño como adulto pequeño”. En los siglos XVI y XVII se le
reconoce con una condición innata de bondad e inocencia y se le reconoce
infante “como un ángel”, el niño como “bondad innata”. Y en el siglo XVIII se
le da la categoría de infante pero con la condición de que aún le falta para
ser alguien; es el infante “como ser primitivo”. A partir del siglo XX hasta la
fecha, gracias a todos los movimientos a favor de la infancia y las
investigaciones realizadas, se reconoce una nueva categoría: “el niño como
sujeto social de derecho”.
La “reinvención” moderna de la infancia
se inicia desde el siglo XVIII en las sociedades democráticas y muy
especialmente a través de Rosseau, quien advertía las características
especiales de la infancia. Son muy numerosos los autores que a partir de este
siglo comprendieron que la infancia tiene formas particulares de ver, de
entender y de sentir y que por ello debían existir formas específicas de
educación y de instrucción. En ese mismo orden, una de las necesidades de los
seres humanos y muy especialmente de los niños y niñas pequeños es tener las
condiciones donde puedan relacionarse con otros de su misma edad y mayores,
donde además se les dé oportunidad para experimentar situaciones y sentimientos
que le den sentido a su vida y de esta manera reencontrar y reconstruir el
sentido como experiencia vivida y percibida, condiciones necesarias en una
comunidad. A la concepción de infancia es necesario darle la importancia y
reconocer su carácter de conciencia social, porque ella transita entre agentes
socializadores; la familia, como primer agente socializador y la escuela, como segundo
agente que en estos tiempos, cuando la mujer ha entrado a participar en el
mercado laboral, asume un rol fundamental. Ambos cumplen un papel central en la
consolidación y reproducción de esta categoría. “La Educación Infantil
complementa al hogar proporcionando la asistencia y educación adecuadas para la
promoción del desarrollo total del niño. Ha de ser punto de formación no sólo
del niño, sino de la familia” (Sánchez, 1997).
En Colombia se sabe que no todos los sujetos de esta categoría (primera y segunda infancia), tienen acceso a la institución escolar y otros que acceden no poseen los recursos suficientes para permanecer en ella y es allí donde el gobierno nacional, a través de la revolución educativa con las banderas de cobertura y calidad, trabaja por reducir el porcentaje de niños sin escuela y sin deserción.
Leonor Jaramillo. (08 de diciembre de 2007). Concepción de infancia.ZONA PRÓXIMA Nº 8. Recuperado el 08 de septiembre de 2020 de http://rcientificas.uninorte.edu.co/index.php/zona/article/view File/1687/1096
Ān Yuè.(08 de enero de 2015).Historia de la Infancia I [Video]. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=fcgdiwWyo5A
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