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En Colombia la escolarización es
obligatoria para los niños a partir de los 6 años, sin embargo casi todos los
niños acceden a una institución preescolar o a un hogar infantil (ICBF) antes
de esa edad por distintas motivaciones: por necesidades de los padres o por
convencimiento al reconocer que la asistencia a estos centros aportan un mejor
desarrollo físico, favorece la socialización de su hijo/a y compensa las
desigualdades que existen por diversas razones y, particularmente, en el caso
de los hogares infantiles por su valor asistencial a los niños y niñas.
Para reafirmar lo anterior, muchos
autores y organismos hacen su pronunciamiento de la siguiente manera:
La importancia de la educación inicial
se expresa claramente en este enunciado: “El aprendizaje comienza al nacer.
Esto requiere de atención temprana a la infancia y de Educación Infantil, que
se pueden proporcionar a través de disposiciones que impliquen la participación
de la familia, las comunidades o programas institucionales, según corresponda”
(Conferencia Mundial de Educación para Todos, 1990).
En el informe de la UNESCO para la
Comisión Internacional sobre la Educación inicial para el siglo XXI, (1996) se
declara: “Una escolarización iniciada tempranamente puede contribuir a la
igualdad de oportunidades al ayudar a superar los obstáculos iniciales de la
pobreza o de un entorno social y cultural desfavorecido. Puede facilitar
considerablemente la integración escolar de niños procedentes de familias
inmigrantes o de minorías culturales y lingüísticas. Además, la existencia de
estructuras educativas que acogen a niños en edad preescolar facilita la
participación de las mujeres en la vida social y económica”.
Gómez Buendía (1998) reafirma su
importancia cuando expresa:”La Educación Infantil prepara mejor a los niños
para la escuela y para la vida; en tal sentido se ha encontrado que los niños
que participan en programas preescolares demuestran una mejor preparación
física y mental para la escuela; ello se refleja en menor ausentismo, menos
deserción y repetición, más rendimiento y mejores calificaciones” (citado por
Vargas & Marín Osorio, Revista Electrónica Ciencia Humana No. 30).
Estas políticas en su conjunto se
proyectan como formas de pensamiento y estrategias para la atención de la
infancia por parte de los profesionales de la educación y de las disciplinas
encargadas de la vida social, permitiendo reflexionar sobre la sociedad y su
futuro.
Si bien las políticas están dadas, se
necesita que la familia y la escuela deban enfrenten sus obligaciones de manera
conjunta para cumplir con su rol socializador, para que los niños tengan
oportunidades que les permitan vivir y desarrollar la autonomía, la
creatividad, la flexibilidad, la tolerancia, la cooperación, el respeto por el
otro, el cuidado de sí mismo y del medio ambiente. A lo anterior se suma la
necesidad de tener claro la definición de educación muy específicamente en la
infancia y, por supuesto, las diferencias entre Educación Infantil y/o
Preescolar. De la propia definición de «educación» que hemos establecido ya se
desprende un hecho de tremenda importancia conceptual; y es que no estamos
hablando de educación PREPARATORIA PARA EL COLEGIO, como sin duda refleja el
concepto “Preescolar”, sino de una educación integral del niño y la niña y con
una preferencia fundamental para el desarrollo del mismo, en diferentes
contextos y de la comunidad en sí misma.
Leonor Jaramillo. (08 de diciembre de 2007). Concepción de infancia.ZONA PRÓXIMA Nº 8. Recuperado el 08 de septiembre de 2020 de http://rcientificas.uninorte.edu.co/index.php/zona/article/view File/1687/1096
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